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Las puertas de Hispanoamérica se reabren en
el MIFB
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El
Palacio Noel - MIFB reabre este jueves 11 de julio
las puertas de sus 16 salas de exhibición permanente de arte
hispanoamericano. La cita es a las 19 horas e incluye un concierto
especial de apertura. |
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La clásica sede del Museo de Arte
Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco está emplazada en el
Palacio Noel, excelente exponente del movimiento “neocolonial”
en la arquitectura de nuestro país.
Sus salas nos brindan un panorama
exhaustivo de los ámbitos culturales sudamericanos, cuya confluencia contribuyó
a la formación de la primera identidad argentina.
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Durante el primer semestre del
año 2013 se llevaron a cabo obras de refacción que estuvieron a cargo de la
Dirección General de Infraestructura y Mantenimiento Edilicio de la
Subsecretaria de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura (GCBA).
Con el fin de resguardar el acervo
patrimonial durante el periodo de obras se procedió a su desmontaje, embalaje y
guarda en depósitos temporarios acondicionados al efecto. Concluidos los
trabajos se inició el montaje de salas, oportunidad en que se han repintado
distintos sectores, reparado y/o modificado sistemas de vitrinas, de iluminación
y seguridad.
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Terminadas las tareas, la sede principal del MIFB, a partir del
sábado 22 de junio, retomó sus actividades de extensión cultural mientras que
la
reapertura formal de las 16 salas de exhibición permanente se
realizará este jueves 11 de julio durante el Gallery Night del Barrio de
Retiro. Se programó para esta fecha especial un concierto de
Música de Cámara a cargo de la soprano Lorena Cisneros y el
pianista Matías Galíndez.
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El guión museológico
correspondiente al patrimonio del período colonial presenta las importantes
piezas de la colección como ilustraciones de una narración (una de las tantas
posibles). Así interpretadas, como productos emergentes de un proceso único e
irrepetible, dan cuenta del quehacer cotidiano en todos los órdenes de la
sociedad americana durante los siglos de conquista, colonización y
evangelización del continente.
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La base de esta narración, "el
Cuarto Mundo", destaca la paradoja histórica del encuentro y adaptación
cultural entre dos realidades: Europa, segura de su fe, concebida en el pináculo
de los tres mundos conocidos (Europa, Asia y Africa), y América, el "nuevo"
espacio, llamativamente complejo y modificador. Los europeos llegaron con los
"judíos marranos" y los africanos esclavizados, y juntos se mixturaron con la
población autóctona para generar uno de los productos más originales de la
historia del arte: el barroco americano.
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Círculo de José de Paez . Mulato y española
sale morisco. Serie de Castas. Óleo sobre tela, México, segunda mitad del siglo
XVIII.
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Anónimo. Virgen abridera, inmaculada
concepción abridera. Talla policromada y estofada. España, circa siglos XVI o
XVII.
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Anónimo. Sagrario, Alto Perú, circa 1735.
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Ejecutoria otorgada por Felipe Segundo a Don
Diego Gutierrez Guerrero. Vitela pintada al temple y manuscrita. España, 1589.
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La primera parte del guión
da cuenta de cómo se constituyó la primera identidad del territorio que hoy
comprendemos como Argentina. Para ello recurrimos a tres ejes
geográfico-culturales que determinaron nuestra idiosincrasia: "el Mundo
Surandino", producto de la superposición del Estado español sobre el
vasto territorio de dominación inca; "la Cultura de la Selva",
o la experiencia misional jesuítica sobre las poblaciones autóctonas de moxos,
chiquitos y guaraníes, y "la Puerta del Atlántico",
considerando a Buenos Aires como la vía de acceso al territorio del Plata de
elementos permitidos desde España, hasta los no permitidos desde Portugal,
Brasil y, con ellos, el resto del mundo.
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Sala "La cultura de la
selva"
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Sala "El mundo
surandino"
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Sala "La puerta del
Atlántico"
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La evangelización es, sin
duda, la estrategia que cruza los tres espacios mencionados y determina la
producción artística americana, reglando, sustituyendo, concediendo y
reescribiendo una nueva historia de la conquista y de los pueblos conquistados,
el asentamiento europeo y las luchas por la supervivencia de las culturas
prehispánicas. La pauta eclesial regía la vida de todos, ricos y pobres,
conquistadores y conquistados, libres y esclavos, legos e ignorantes, laicos y
tonsurados.
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Felipe de Rivera. Divina Pastora con
donante. Óleo sobre tela, Salta, 1764.
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Anónimo. Retablo de la Pasión con dos
frentes. Madera tallada y pasta modelada. Policromada y óleo. Bahía, Brasil,
fines del siglo XVIII.
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Anónimo (Círculo del taller de José de
Bras). San Ignacio de Loyola. Madera de cedro tallada y policromada. Misiones
Jesuíticas del Paraguay, primera mitad del siglo
XVIII.
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Anónimo. San Pedro de Verona. Madera tallada
y policromada. Ojos de vidrio, dientes de marfil. Alto Perú (Bolivia), mediados
del siglo XVIII.
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En la segunda parte, el
guión señala cómo pudieron escucharse las primeras voces disonantes, en un mundo
regido por españoles, desde las filas de la Iglesia americana. Los criollos
buscaron un espacio de poder que les permitiera entrelazar sus ambiciones
presentes con el pasado local y construir un nuevo destino, libres de la
preeminencia peninsular. La multiplicación de apariciones marianas, al compás de
cientos de crónicas que las relataron, preparó el camino de santos, beatos y
venerables nacidos en los reinos indianos como una demostración flagrante de la
paridad del nuevo y el viejo mundo, como una señal divina del advenimiento de
los criollos al poder.
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Sala "María en América".
La búsqueda de un espacio de poder y definición identitaria del
grupo de los criollos. La Virgen elige América en un plano de igualdad con el
viejo mundo, más de quinientas apariciones a lo largo del territorio americano
así lo confirman.
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Círculo de Mauricio García. La Divina
Pastora. Óleo sobre tela, Cuzco, 1756.
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Círculo de Mauricio García. La Divina
Pastora. Óleo sobre tela, Cuzco,
1756.
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Paulatinamente, ricos comerciantes, altos
dignatarios eclesiásticos, burócratas y profesionales indianos fueron el motor
de cambio de una economía en crecimiento y el sostén de un gusto con
características propias.
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Sala "Los maestros de Nuestro Arte
I". El artesanado mestizo al servicio de los ricos indianos, la
búsqueda de un estilo o gusto propio. Intercambio de influencias culturales.
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Anónimo. San Miguel Arcángel. Óleo sobre
tela. Cusco, Perú, primera mitad del siglo XVIII.
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Anónimo. El milagro de la mujer fea. Óleo
sobre tela. Cusco, último tercio siglo XVIII.
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CRUCIFIJO. Madera tallada y policromada,
plata en su color y seda. Alto Perú (Bolivia) 2º mitad del siglo XVIII
(detalle)
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Sala "El contacto con Oriente"
Las colonias españolas en el Oriente, el galeón de Manila, la
producción oriental para el gusto indiano, la importación de materias primas,
los estilos, los artesanos, Esteban Sampzon.
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Sala "Los maestros de Nuestro Arte
II" La producción en serie, los temas originales, los ángeles
arcabuceros, el desarrollo de la escultura quiteña, la filigrana de Ayacucho, la
piedra Huamanga, el alabastro indiano.
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Sala "La cultura de la selva II"
(Misiones de Moxos y Chiquitos) La evangelización a través de la
música, los misioneros centro europeos en el Oriente boliviano. La colección de
contadores-escritorios.
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Sala "Buenos Aires, capital del
virreinato" De la pequeña aldea al puerto estratégico. El
contrabando, la circulación de bienes de las áreas culturales surandina,
misiones, España y Portugal.
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A manera de epílogo, el
último tramo de la narración se refiere a dos puntas del mismo relato. En primer
lugar, se dedica una sala al hallazgo, explotación y producción de la plata, la
nobleza y componente alquímico del metal, la riqueza codiciada del Potosí y la
frustración rioplatense por alcanzarla. También da cuenta de las generaciones de
artesanos plateros porteños, desde los judeo-portugueses hasta los inmigrantes
italianos, sus técnicas y estilos y el producto de su arte como elementos de
prestigio de una sociedad que evolucionó de tenderos a hacendados.
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Sala "Reflejos del
Plata" (Platería mobiliario, textiles en el Río de la Plata)
Desde la extracción del metal del cerro Rico, las técnicas, los
estilos, los artesanos portugueses y españoles hasta la aparición de las minas
de plata en territorio de las Provincias Unidas, los objetos de plata en
concierto con otras producciones importadas, el nuevo artesanado, producto de la
inmigración de mediados del siglo XIX, la construcción de la identidad
argentina. |
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Jarro. Plata en su color, martillada
y cincelada. Alto Perú, Bolivia, segunda mitad del siglo
XVIII.
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Anónimo. María Amalia de Sajonia
(?), Reina de España. Óleo sobre tela, Buenos Aires, segunda mitad del siglo
XVIII.
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Mate. Plata en su color, fundida y
cincelada, Buenos Aires, segunda mitad del siglo XIX. (detalle)
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Anónimo. Carlos IV Joven. Óleo sobre
tela Buenos Aires, ca.
1790.
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Al final del recorrido, se
puede ver cómo sobrevivió duramente la manera de vivir a la "hispana" a lo largo
de la primera mitad del siglo XIX; más allá de las luchas de independencia,
permaneció aletargada por tiempos de anarquía y finalmente decayó cuando los
liberales se impusieron al tradicionalismo federal, empeñados en modernizar
rápidamente a la Argentina.
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Sala "La voluntad de los
pueblos" La ruptura con la corona española de parte del puerto y sus
vecinos, la anarquía, Buenos Aires y el interior, la organización nacional a la
caída del gobierno de J. Manuel de Rosas, la modernización de la Nación, el fin
de un estilo de vida colonial.
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Charles Henry Pellegrini. Salomé
Cascallares de Villegas. Acuarela sobre papel, Buenos Aires, circa 1831.
(detalle)
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Marcelino San Arromán. La bajada de
Santa Lucía o la calle larga de Barracas. Óleo sobre tela, Buenos Aires, 1843.
(detalle)
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Cayetano Descalzi (a). Juan Manuel
de Rosas. Òleo sobre tela. Buenos Aires, circa 1840-1850.
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Anónimo. Vista de Montevideo. Óleo
sobre tela, Montevideo, Uruguay hacia 1850. (detalle)
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