Nuevas salas del circuito alternativo
Amigos desde que estaban en el jardín de infantes, Francisco y Matías han estrenado más de 18 obras juntos, entre ellas Cicatrices, Te quiero hasta la luna, El espejo y Más allá del tiempo. Los dos se lucen en el musical, pero otros géneros imperarán, por el momento, en el teatro. "Si bien la vida nos deparó el musical como vía de gran expresión, tenemos una programación que consta de distintos estilos", dice Francisco, protagonista de El loco de Asís (lunes, a las 21, en El Cubo), quien también brilla en Quiero el beso (martes, a las 21, en El Ópalo) y ensaya La nota mágica, dirigida por Ricky Pashkus.
El Método Kairós, más conocido por sus impulsores como "El Método", fue el primer lugar que visitaron los amigos durante la búsqueda del lugar ideal para sembrar su espacio. Los verdaderos dueños son los responsables del emblemático taller de carburación El Chulo, que linda hoy con el teatro. "Se puede pensar que lo que nos pasó es milagroso. La gente apoya este tipo de iniciativas, es algo que no aparece en los medios de comunicación. No sabés la cantidad de vecinos que se acercaron, el descuento que nos hizo la pinturería, la emoción del electricista cuando se inauguró la sala", resume Francisco.
Inspirados en un personaje ficticio que ellos mismos crearon, el mecánico Alberto María Kairós, esta criatura es la bandera y espíritu de este teatro: "Ese instante cero del que habla Kairós tiene que ver con una hoja en blanco, con un momento inicial. Todos antes de la instancia de creación somos posibles artistas", explica Matías.
Actualmente, la cartelera de El Método está programada con Varieté brutal 5 (viernes, a las 23.30), de Julián Sierra y Matías García; Hanamachi, casi un policial japonés (miércoles, a las 21.30), y Tascaq (sábados, a las 23.30). Además, hay clases de tango, y Facundo Rubiño tiene su propio taller. En la programación, aún no aparece ningún proyecto donde alguno de los amigos de El Método se desempeñe en su faceta más conocida, la artística. "Ése no es el motivo por el cual tenemos este espacio. Seguramente volvamos en algún momento con algún espectáculo. Pero en este rapto de locura creemos que hacemos un pequeño aporte a la comunidad. En tiempos de crisis, no hay hecho más inspirador que la acción", sintetiza Francisco.
Motivos para celebrar
Gran conocedora de los escenarios porteños, Sandra Commisso, periodista de Clarín, debutó como programadora de la flamante sala Puentes Amarillos (Libertad 1230), actividad que comparte con Virginia Perea. La sala es de Eduardo Debiaso y Laura de la Torre, un matrimonio integrado por un ingeniero y una abogada, que la convocaron para que desplegara su expertise.Puentes Amarillos es, además de una canción de Spinetta, una sala y una escuela, que cuenta con un cuerpo docente de renombre. Allí se presenta, además, Wake Up, Woman, de Jorge Acebo (sábados, a las 21). "En Buenos Aires hay algo en ebullición. Hay tantas obras que esperan tener un espacio donde poder mostrarse. Se ve algo positivo de nuestra sociedad, a partir del surgimiento de un nuevo espacio de arte y cultura. Es un motivo para celebrar", dice Commisso.
Además, el Centro Cultural Caras y Caretas acaba de inaugurar formalmente una flamante sala (Sarmiento 2037) con la presentación del disco de Javier Calamaro, el viernes y el sábado pasados. Quien programa este espacio es Élida Martínez, hermana de Oscar y experimentada productora y mujer de teatro. Con una variada programación, esta sala tendrá obras de texto, conciertos y también ballet. Federico Fernández, primer bailarín del Teatro Colón, y su compañía Ballet en Gala se presentarán el 12 y el 19 de abril junto a la primera figura del Teatro Argentino de La Plata Julieta Paul.
Otro nuevo espacio es El Damero (Deán Funes 506), de la argentina Gina Piccirilli, quien vivió 25 años en España y que es además docente y directora. ¿Por qué El Damero? "No bien ingresás al teatro, hay un suelo de damero. Creo que esto tiene que ver con el hecho de que teatro es un trabajo y se hace de verdad, pero donde nunca se debe perder ese concepto y posibilidad de jugar a ser otras personas, como en un tablero, como un damero", explica Piccirilli, con acento madrileño. La apertura de este espacio se celebra con la presentación de Yo me lo guiso, yo me lo como, un unipersonal con Carmen Mesa escrito por Erika Halvorsen y dirigido por Piccirilli. "Las pequeñas salas le permiten al espectador poder escuchar el latido y la respiración del actor. Contar algo con esa cercanía permite que el texto llegue mejor al público", opina la directora. Entretanto, Hernán Morán, María Urtubey y Nico Capeluto inauguran El Estepario, bellísima sala de 50 localidades situada en Medrano 484. Este viernes, a las 22, la inauguran con un festival teatral y musical a beneficio del trasplante de córnea que necesita el músico Alejandro Corvalán. Luego se estrenarán las obras Rotary, Desvelada y sola, Maruja enamorada y otras..
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