Para dar nombre a este blog he condensado dos palabras al escribir GAZETILLA así con z.

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viernes, 11 de abril de 2014

Buenos Aires: Para almorzar en el Microcentro

dePágina 12
radar
Domingo, 30 de marzo de 2014
SALI

A ALMORZAR EN MICROCENTRO



 Por Sandra Martínez

Cocina casera y abundante

Para aquellos que se niegan a rendirse al implacable reinado de los restaurantes chinos-vegetarianos-al peso, todavía quedan en el Microcentro buenos reductos donde se puede almorzar a precio amable en un entorno agradable, como ocurre en Bistró Ramón. El de la calle Tucumán abrió hace unos meses y, como sus predecesores, la especialidad es el menú ejecutivo. Basta sentarse en alguna de sus mesitas con impolutos manteles blancos para que llegue la entrada, una pequeña porción de tortilla. A la hora de elegir el principal, las opciones son acotadas pero cambian todos los días, pensando en ofrecer variedad a los que comen en el restaurante a menudo. Normalmente incluyen una ensalada, una pasta, un pescado y una carne, como el filet a la napolitana con ensalada de repollo morado, tomate y zanahoria, la milanesa Ramón con crema de brócoli y papas a la provenzal, los sorrentinos de salmón con crema de puerro o las supremas al escalope con papas bastón. Aquí no hay altas pretensiones de sofisticación, pero sí una comida casera en porciones abundantes y servicio atento y veloz, ítem particularmente valorable en esos mediodías en que el tiempo apremia.
El ambiente es amable y cuidado, con detalles de estética vintage que llaman la atención, como la motoneta que se ubica cercana a la entrada. Mientras suena una selección de rock nacional, solo resta elegir entre el café o alguno de los postres, también de estilo tradicional: budín de pan, flan o tiramisú, entre otros. El precio del menú, con una bebida incluida, es de $80, cifra más que razonable para la zona. Por las mañanas también se pueden aprovechar sus promos de desa-yuno, con combos de café con leche más dos medialunas ($25), con tostadas con manteca, dulce y queso ($30) o con tostado de jamón y queso ($45). Y para los próximos meses están planeando sumar una propuesta after office, que seguramente incluirá picada y happy hour de bebidas para un cierre relajado de la jornada laboral.
Ramón queda en Tucumán 775. Teléfono: 4393-2761. Horario de atención: lunes a viernes, de 9 a 19. Hacen delivery.

Modelo para armar

Poco a poco, pero con paso firme y continuo, las hamburgueserías “artesanales” les van ganando terreno a las megacadenas de fast food. Sin artillería marketinera, su publicidad está basada en el boca en boca (y su versión digital, que son las redes sociales), con un fundamento muy poderoso: no hay fotos tentadoras que venden un producto totalmente alejado de la triste realidad, sino hamburguesas absolutamente deliciosas que además suman detalles gourmet.
180 Burger Bar retrata a la perfección esta tendencia. El local, angosto y profundo, suaviza la austeridad de sus paredes grises, donde se ubican varias mesitas y una larga barra, con algunos ramilletes de hierbas que cuelgan desde el techo y un gran pizarrón que explica el sistema de la casa. El asunto empieza bien: además del clásico pan de viena se puede pedir el de semillas de girasol o el saborizado con orégano. Luego viene el corazón del sándwich, la hamburguesa de carne vacuna (o la quinoa burger como alternativa veggie). Los aderezos caseros son otro punto fuerte: buena barbacoa, salsa brava para los amantes del picante, tzatziki para un sabor más suave, mayonesas originales con toques de chimichurri o mostaza. La versión básica viene con lechuga, tomate y pepino y, con unas papas rústicas, cuesta $50; pero por unos pesos más se pueden agregar extras, como huevo frito, cebolla a la plancha, panceta o queso provolone, que grillan sobre la plancha y queda como una fina galleta crocante.
Además del modelo para armar a gusto, 180 también tiene sugerencias que se van renovando periódicamente. Hoy puede ser la napolitana, que lleva tomates secos, mozzarella, oliva y orégano ($50), pero también pasaron la de la huerta, con portobellos, cheddar y cebolla salteada, o la mediterránea, con jamón crudo, aceitunas y albahaca. Habrá que ver qué nueva creación llega al pizarrón próximamente. Pero no importa cuál sea la elección, las hamburguesas que salen de su mostrador son desbordantes, caseras de punta a punta y desafían el apetito más voraz. En tu cara, Ronald.
180 Burger Bar queda en Suipacha 749. Teléfono: 4328-7189. Horario de atención: lunes a viernes, de 12 a 16. Sólo efectivo.

Alto en el cielo

El Club Alemán es una de las instituciones de colectividades más antiguas del país. Su origen se remonta a 1855, y durante mucho tiempo –además de difundir la cultura alemana– cumplió el rol de embajada no oficial. Ubicado hace ya tiempo en los últimos pisos de un rascacielos céntrico, su restaurante pasó por diferentes etapas, pero siempre es recordado por su impactante vista a tres de los cuatro puntos cardinales. Hoy, con nuevo nombre –Zirkel–, el lugar muestra un salón renovado que combina una decoración contemporánea con los antiguos blasones alemanes que cuelgan en sus paredes.
También la carta del restaurante es un mix de tradición con modernidad. Bajo la gerencia de Carlos María Esnal –quien estuvo al frente de proyectos como Katrine y La Colección–, el joven chef Germán Ruberto utilizó su amplio conocimiento de la gastronomía europea para incluir recetas infaltables pero atravesadas con la mirada de la nueva gastronomía alemana, con referentes como Sven Elverfeld. La entrada de arenques en vinagre con láminas de manzana y cebollas con crema es un buen ejemplo, al igual que el pacú sauté con lentejas turcas y crocante de quinoa ($110, es un sutil homenaje a los pescados de río que son parte indisoluble de la cocina germana), el cerdo ahumado con repollo agridulce, batatas con salsa de oporto y ciruelas ($125) o el streussel de manzanas con arándanos ($60), uno de los postres favoritos.
Cada mediodía las mesas junto a los ventanales que muestran el Puente de la Mujer, la reserva ecológica y todo el Microcentro desde las alturas, se llenan con ejecutivos en busca de un almuerzo de alta calidad acompañados por una buena carta de vinos. En breve también se sumará un menú para la barra, pensado para aquellos que busquen platos rápidos. Las noches, por su parte, tienen espíritu propio, con la misma propuesta gastronómica pero un ambiente que sube en intimidad y romanticismo, ayudado por las luces de la ciudad. El restaurante del Club Alemán ahora se llama Zirkel y vale la pena conocerlo.
Zirkel queda en Av. Corrientes 327, pisos 21 y 22.Teléfono: 4311-3313. Horario de atención: lunes de 9 a 21; martes a viernes, de 9 a 24; sábados, de 17 a 24.

Fotos: Pablo Mehanna

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