Cuando pica el bagre: pesca en Berisso

En lunfardo, picar el bagre es la inquietud en la zona del estómago cuando se despierta el hambre.

Enlace y reseña de la nota publicada en Diario Popular


Show de bagres de mar de lindo tamaño en Berisso


Por Edición Impresa


Una pesca “de mar” en pleno Río de la Plata que se hace de forma mucho más deportiva en estas aguas del Sur, donde usamos plomos que no pasan los 100 gramos. De yapa, podemos hacer combo con las bogas.




En estos tiempos de primavera y de recambio de especies, por el lado Sur del Río de la Plata se afirma el pique de grandes bagres de mar. Cosechas tremendas, de 20 a 70 piezas, está logrando nuestro guía referente en la zona, Joaquín Hasaín, y entusiasmados por ese dato, decidimos hacerle una visita sabiendo que esta pesca dura poco y hay que aprovechar la pasada de los mimosos.

Salimos bien temprano, ni bien amaneció, desde la Marina del Sur, poniendo proa hacia el río Santiago donde efectuamos el riguroso rol en Prefectura antes de encarar en río abierto una navegación con rumbo Este hacia la altura del Km 63. Esto es lo mismo que decir que navegamos unos 20 km, desde la salida del puerto, hasta anclar en el veril del Canal Mitre. El ecosonda marcaba en el lugar que el guía tenía bien atesorado en su GPS una profundidad de 7/8 metros.

Iniciamos el armado de los equipos: cañas de 2 a 2,50 m, nailon de 045, o multifilamento de 30 libras Power Pro y líneas de 1 solo anzuelo 8/0 y 9/0, con plomo corredizo de 80 o 90 gramos. Encarnamos siguiendo los consejos del guía, con anchoa entera bien atada con hilo mágico, y calamar desflecado para hacer un tentador "pulpito".

Los piques no tardaron: dos cabezazos y luego el violento arqueo de la caña suele ser la evidencia de que del otro lado del sedal tendremos un buen mimoso peleando. Así, uno a uno fuimos izando piezas de 2 a 5 kilos, en una situación de pesca extremadamente divertida donde por momentos dos o tres cañas tenían pique al mismo tiempo.

Aquel dato inicial que nos había tirado el guía con respecto a que se venían dando de 20 a 70 bagres por jornada en una lancha con cuatro cañas, comenzó a parecernos cada vez más razonable dado que no tardamos más que un par de horas en haber superado las 25 piezas entre los miembros de la tripulación.

Pero como dice Joaquín Hasaín, la clave es que corra el agua, ya sea en creciente, o tanto mejor en bajante. Y en nuestro caso, con plena bajante, el pique se mantuvo muy sostenido.

Pero como no queremos hacer depredación en una especie que entra al estuario rioplatense para reproducir, redujimos al mínimo el sacrificio de piezas, matando sólo a aquellos que venían muy tragados y devolviendo el resto. Otra forma de preservar al mimoso, fue acortar la jornada.

Pero eso no quiere decir resignar diversión: sucede que Joaquín nos dijo que ya estaban comiendo muy bien las famosas bogas de los malecones de Berisso. Y entonces, quisimos aprovechar las últimas horas del día para hacer esa pesca. Como suele ocurrir a principio de temporada, las medianas comen firmes y cada tanto se da alguna que rompe el molde. Pero eso será contado en otra historia y seguramente pronto volveremos cuando estén comiendo firmes las grandes.

Lo que sí nos aseguró el guía, es que si dan con los bagres en las primeras horas, el cliente puede elegir perfectamente hacer el combo de especies pudiendo rematar la tarde a puro pique de boga, y realizando así en una sola excursión, dos pescas muy deportivas.