de
Página 12
Domingo, 23 de febrero de 2014
MINITURISMO IDEAS PARA EL FIN DE SEMANA DE CARNAVAL
Todo por aquí, todo por allá
El largo feriado de Carnaval invita a viajar
aprovechando los últimos días del verano: sierra, campo, río, playa y
montaña están en su mejor momento. Una buena época para recorridos con
historia, para el relax en aguas termales, para descubrir las culturas
originarias y explorar las rutas sin alejarse más de 1000 kilómetros de
Buenos Aires.
Por Graciela Cutuli
El
fin de semana largo de Carnaval, del 1º al 4 de marzo, es mucho más que
una oportunidad para visitar los festejos carnavalescos de todo el país,
con su música, desfiles, murgas y corsos: también resulta ideal para
hacerse una escapada larga hasta destinos de “media distancia” cuando el
fin del verano promete un clima agradable que aún invita a disfrutar de
las sierras y las playas de mar o de río. Propuestas que parten de
Buenos Aires hasta un máximo de 1000 kilómetros, que resultan ideales
para recorrer en auto, aunque se puede acceder también por otros medios.
Desde la tierra, el aire y el agua, son destinos ideales para explorar
un poco de historia, descansar junto al mar o descubrir lugares no por
discretos menos atractivos.
Costa atlántica
Clásico de clásicos, justo antes del
comienzo de las clases vuelve a tentar con sus playas, los paseos por el
bosque en localidades como Costa del Este, Pinamar y Pehuen-Co, y los
últimos chapuzones mientras el clima lo permite. Aquí están el oceanario
de Mundo Marino y las Termas Marinas en San Clemente, las casas de té
centroeuropeas de Villa Gesell y Mar de las Pampas, el hotel con la
historia de Saint-Exupéry, en Ostende, los paseos familiares de Miramar,
la laguna de Sierra de los Padres, la historia arqueológica de
Pehuen-Co. Pero una forma distinta de acercarse en estos días puede ser
desde el aire: como en Villa Gesell, donde la Escuela de Parapente y
Paramotor ofrece bautismos de la mano de un piloto experimentado, en
parapentes biplaza y a lo largo de unos 15 minutos. Se vuela a una
altura de entre 50 y 200 metros, tras una corta instrucción previa. Para
un vuelo más tradicional, es posible partir a la costa atlántica en un
pequeño avión, con rumbo Pinamar o Mar del Plata. En ambos casos son
paseos de día completo, sobrevolando primero el conurbano bonaerense
para tomar luego mayor altura y volar por encima de las lagunas y campos
de la región pampeana hasta llegar al borde del océano. Se pasa el día
en la playa y se regresa, nuevamente volando, al atardecer. Los mismos
prestadores ofrecen paseos en helicóptero a distintos destinos. Otra
alternativa es comenzar en la propia costa atlántica: desde el Aero Club
de Santa Teresita se ofrece durante todo el año escuela de vuelo,
instrucción y entrenamiento, así como vuelos de bautismo con tres
pasajeros a bordo.
www.parapentegesell.com, www.vuelosdebautismo.com.ar. Aero Club Santa Teresita: cel. (02257) 15 668494.
Buenos Aires
Avanzando por las rutas bonaerenses en
dirección a La Pampa, el fin de semana largo se puede organizar en
Epecuén y Carhué, localidades que supieron tener décadas atrás un boom
equiparable al de la costa atlántica, y que ahora están renaciendo de la
mano de las aguas termales, el avistaje de aves y el turismo
histórico-cultural. Además, las lagunas de la región son todo un clásico
para la pesca deportiva del pejerrey. Carhué fue un centro turístico ya
desde principios del siglo XX, un “lugar verde” –eso significa su
nombre– ya conocido por los tehuelches que vivían de la caza y la pesca
en las Lagunas Encadenadas de la zona. La pequeña Villa Epecuén que se
levantaba a orillas del lago le fue ganando con el tiempo, pero hoy ya
no existe: se la tragó la gran inundación de 1985. Y ahora, casi treinta
años después, es un lugar curioso lleno de ruinas, que al bajar
finalmente las aguas están emergiendo del pasado. El turismo, entonces,
le dio revancha a Carhué, que hoy atrae nuevamente con salidas para
avistar flamencos en las aguas del lago, descubrir esas orillas o
“playas” curiosamente cubiertas de sulfato de potasio –se diría nieve o
sal– y visitar las obras del arquitecto Francisco Salamone que forman
parte de un circuito más amplio en el sur de la provincia (aquí se
encuentran el Matadero y el Palacio Municipal). En Carhué, también vale
la pena visitar el Museo Alsina y la Casa-Museo de la Ultima Fortinera,
en tiempos de la Campaña al Desierto.
www.termasdecarhue.gov.ar
La Pampa
La temporada de brama del ciervo todavía no
estará lista para este fin de semana largo, pero la Reserva Parque Luro
–a sólo 30 kilómetros de Santa Rosa– merece igualmente convertirse en el
centro de un paseo por la región. Aquí se protegen tres ambientes
típicos de La Pampa: la laguna, el medanal y los bosques de caldenes. La
historia del ciervo colorado en La Pampa comenzó a principios del siglo
XIX con el primer coto de caza, San Huberto, creado por Pedro Olegario
Luro: el lujoso “castillo” que era el centro de aquella vasta propiedad
es hoy un monumento histórico que se puede conocer en visitas guiadas de
una hora. La Reserva también es ideal para el avistaje de aves, con
varias especies migratorias y residentes: allí mismo, guías
especializados ofrecen caminatas especializadas en birdwatching. A pocos
kilómetros, el Centro de Interpretación de la Cultura Ranquel permite
ahondar en la historia de la nación indígena que dominó estas tierras
hasta el siglo XIX, aprendiendo sobre sus modos de vida y su particular
cultura: hay visitas de tres horas, de medio día y de día entero, con
almuerzo, cena, juegos, espectáculo de danzas y exhibición de
artesanías. Los amantes de la literatura apreciarán también la Casa
Museo de Olga Orozco, en Toay, a una decena de kilómetros de Santa Rosa,
donde se pueden ver objetos personales y la biblioteca de la gran
poetisa argentina. Yendo hacia el sur de la capital provincial, hay que
recorrer 180 kilómetros para llegar a la Colonia Menonita de Guatraché,
que implica acceder a un mundo totalmente diferente implantado en plena
pampa argentina.
www.parqueluro.gov.ar y www.ci cor.org.ar
Córdoba
La provincia serrana hace doblete en estos
cuatro días, con una propuesta clásica de itinerario cultural y otra de
turismo aventura, ambas ideales para recorrer en auto la región. El
itinerario cultural es el más famoso de Córdoba: su Ruta Jesuítica, que
comienza en la Manzana Jesuítica de la capital provincial, para luego
recorrer Caroya (el primer establecimiento rural fundado por la Compañía
de Jesús en 1616), Jesús María (famosa hasta la actualidad por su
producción vitivinícola), Santa Catalina (una de las más bonitas por su
entorno natural), Alta Gracia (parte del imperdible complejo histórico
Casa del Virrey Liniers) y La Candelaria (de fachada blanca sobre el
fondeo agreste de las Sierras Grandes). El circuito se puede realizar
con base en la capital provincial, en Alta Gracia o en alguna localidad
turística de Traslasierra. Si se elige Mina Clavero, después de recorrer
el Camino de las Altas Cumbres –una de las más bellas rutas panorámicas
de país– el viaje se convierte en la oportunidad ideal para enlazar con
la segunda propuesta, esta vez de aventura, porque desde el 1º al 8 de
marzo la localidad cordobesa es sede de una de las cinco fechas del
Campeonato Mundial de Parapente. La actividad tiene gran de-sarrollo en
la región y es ideal para disfrutar del espectáculo de las grandes “alas
voladoras” recortando sus colores contra el cielo. El fin de semana
largo también invita a disfrutar del balnearios en los ríos y arroyos de
Nono, la ruta del aceite de oliva y el Museo Rocsen, con su variopinta
colección de los más bizarros objetos.
www.cordobaturismo.gov.ar y www.opentraslasierras.com.ar
San Luis
Si se quiere poner rumbo hacia el Oeste, San
Luis es una buena opción para un descanso de cuatro días, con eje en dos
lugares: uno es Merlo, la localidad serrana famosa por su microclima.
La época es ideal para las caminatas hacia el Algarrobo Abuelo, un
antiguo ejemplar situado a unos cuatro kilómetros del pueblo, o para
ascender siguiendo el sendero del vía crucis del cerro Mogote Bayo. Todo
depende del estado físico: el primer paseo es accesible; el segundo
lleva unas tres horas y tiene pendientes pronunciadas. También es
recomendable el trekking al Salto del Tabaquillo, una cascada de 17
metros que requiere un trayecto de tres
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