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Guía para disfrutar de una muestra diferente de Berni
Esa superposición de elementos de la vida cotidiana, conocida como ensamblaje, también puede verse en las obras bernianas junto a los clásicos collages sólo de papeles. "Parecen obras frágiles, pero no lo son. Los equipos de restauradores tanto de Houston como del Malba coinciden en que Berni era un virtuoso también por la forma con la que trabajaba con esos materiales, los que adhería con pegamentos de uso familiar o clavos", develó Ramírez.
Esas técnicas, sin embargo, no lo alejaron de la pintura sin agregados. Como es el óleo Las navidades de Juanito -a la derecha de La familia...-, en el que aplica algo que aprendió de Siqueiros durante el tiempo que trabajó con él: lo hizo sobre arpillera. También pintó sobre arpillera Juanito aprendiendo a leer, que está integrado en el salón a las demás escenas de la vida de este personaje que es, igual que Ramona, un arquetipo. "Juanito es la suma de niños que conoció en las villas miseria y Ramona, la de las chicas que hubiesen podido haber nacido en el barrio de Pompeya y luego viajado a París", dijo la curadora. Y señaló la obra maestra de esta exposición: El mundo prometido a Juanito Laguna, propiedad de la cancillería argentina, ubicada en el muro izquierdo de la segunda zona dedicada al chico pobre. Por encima de él, que juega con dos amigas en el Bajo Flores, crece el futuro con forma de una colorida, pero dramática, explosión atómica. Es una de las primeras piezas creadas luego de recibir el premio de la Bienal de Venecia, en 1962 -galardón que lo proyectó internacionalmente-, en el pequeño estudio que instaló en París. Justamente, porque no tenía mucho espacio la hizo en siete secciones.
En la pared de enfrente, "Juanito Laguna lleva comida a su padre metalúrgico". La ciudad, geométrica y fría, se impone al pequeño con materiales de hierro. Le siguen los grabados y los tacos o matrices xilográficos de madera tallada con cuchillo que revelan el secreto de la técnica y con los que sedujo a aquel jurado italiano.
No faltan allí dos de los monstruos inspirados en la tradición norteña argentina y en los carnavales paraguayos y brasileños. Una de las sorpresas de la exposición es el monstruoSordidez, que pertenece al Museo de Houston y que los argentinos hace muchos años que no ven. Una especie de cocodrilo con raíces en su lomo, clavos en sus mejillas y otros elementos que representarían "la monstruosidad que crea la sociedad de consumo". La serie de Juanito sigue en el subsuelo.
En el segundo piso también comienza la historia de Ramona, que continuará luego en el primero. En ella hay varias curiosidades llegadas de Bélgica. Un ensamblaje que muestra a Ramona bebé, a sus padres y, unos años después, como toda una mujer cubierta de brillos en actitud victoriosa ("La apoteosis de Ramona" da la espalda a "Ramona odalisca"). Son obras que se ven por primera vez aquí y que, junto con las ya conocidas, componen un conjunto de creaciones cuya técnica hasta ahora nadie pudo replicar.
- Reúne más de 150 obras (1958-1978) entre pinturas, grabados, collages? y ensamblajes que por primera vez se verán en el país.
- El visitante puede recorrerla en tres salas, organizada por grupos temáticos. Además de las series de Juanito y Ramona, están los famosos Monstruos de Berni.
- La inauguración es el jueves, a las 19, y se podrá visitar hasta el 23 de febrero. Los fines de semana habrá talleres para chicos.
- La entrada cuesta $ 60; jubilados, niños y estudiantes, $ 30. Martes, cerrado.
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