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Barrio chino
Quién le pone la bombilla al cóctel
Hace ya un año, cuando Florería Atlántico había abierto en Arroyo 872, los turistas que pasaban por la florería-bar-almacén-disquería se tomaban a bien los tragos en frascos de vidrio y, en algunos casos, con bombilla. Pero los argentinos se mostraban más reacios: "¿No me podés cambiar la bombilla por un sorbete?"; "No, no, en frasco no, por favor", le decían al barman y uno de los dueños, Tato Giovannoni. Pero pasaron los meses y la moda de los frascos-vasos (llegada desde Estados Unidos, recreando los únicos recipientes disponibles en días de la ley seca) ya son cosa común. Las bombillas, sin embargo, siguen siendo un rasgo único del lugar. Y ya pasaron el período de prueba.
"Al tratarse de un bar de inmigrantes, que representa la Argentina de 1900, elegimos la bombilla por ser criolla, pero también porque es ecológica: no queremos usar más plástico. Cuando empezamos a pensar qué podíamos hacer para eliminar las pajitas, nos acordamos de un trago que vimos en un concurso, de un barman de Mar del Plata, Mariano Matías Merlo, que llevaba bombilla", sigue Giovannoni. Que suele sorprender con este accesorio a los que piden caipirinha, saúco y sidra cobbler (en la foto), mojito, el español Mitas Bloody Mary, Mitas gazpacho (con jugo de tomate asado a la parrilla, gin y jerez) y el polaco bisonte de Varsovia (vodka Zubrowka, soda de manzana y jengibre).
Y, antes que se le pregunte, explica: "La bombilla metálica es mucho más limpia que el plástico. Las lavamos como corresponde, en lavavajilla".
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