FRANCISCO SCHOLZ, NINO BUBBY,
BIBLIOTECARIO DEL CLUB VILLA ARMONIA DE QUILMES
Los clubes fueron importantes en
la vida de la gente y cada barrio tenía el suyo. El CLUB VILLA ARMONIA –fundado en 1929- tenía la biblioteca más importante del Gran Buenos
Aires, fundada, poblada, organizada, sostenida y atendida por Francisco Scholz,
Nino Bubby. Inmigrante austriaco, dominaba un número de idiomas, tantos que había
escrito los diccionarios de la colección El Ayudante Práctico. En los 40, 50 y
adentrados los 60, estos pequeños volúmenes daban información eficaz, y
aplicable sobre todos los temas que hacían a la vida cotidiana y un poco más
también.
Hay una buena nota en El Quilmero sobre el club y la plaza,
escrita por Roberto Sanchez.
Juegos de memorias, recuerdos que
se pierden, no nombra la actividad cultural del club ni a La Colonia. En los
alrededores de la Cervecería se había construido hacia la década del 20 un barrio
estilo alemán, se lo llamaba la Colonia, y por extensión el nombre se aplicaba
al creciente Quilmes Oeste.
También hay otras referencias, la
memoria juega y sentidos nuevos cubren sentidos previos. La arquitecta Adriana O. Estevez define en un valioso artículo
-
Es
así que se forma el actual Barrio La Colina, conocido primeramente como Colonia
de Valerga, entre las Vías del Ferrocarril a la Avenida Urquiza y de la calle
San Juan a F. Amoedo, segundo poblamiento en antigüedad del actual partido,
lugar elegido por Otto Bemberg para la ubicación de lo que llegaría a ser una
de las empresas más importantes de la Argentina y hoy del MERCOSUR –se refiere
a la Cervecería Quilmes-.
Enlace
La delimitación de calles es
reconocida para hablar del espacio inicial de La Colonia. El barrio La Colina existe, en Ezpeleta. Y las referencias históricas y memoriosas situan
el arribo y crecimiento de población hacia 1920, cuando crece el barrio alemán y
zonas aledañas.
Para mi generación y la de mis mayores, la Colonia es como la
nombré y un paseo era ir al parque del campo de deportes de la Cervecería.
Entonces se servía cerveza tirada y una gaseosa de naranja, desconocida fuera
de ese asiento. A comienzos de los 90 cambió su fisonomía, la cancha de básquet
devino salón gastronómico, la propuesta culinaria
fue otra y las canchas de futbol resignaron su espacio al estacionamiento
de automóviles.
El mástil de la plaza Villa Armonía
tiene una placa recordatoria al pie. Cuando vaya a Quilmes, leeré sus palabras
nuevamente.
Enlace
EL QUILMERO: QUILMES OESTE - PLAZA DE VILLA
ARMONÍA
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