Acerca
de Corredores de librerías en Buenos Aires
La arqueología urbana es apasionante. Recorres una
ciudad, notas algo, te atrae, averiguas, y puedes enriquecer tu vida con las
esas experiencias.
Cuando yo era niño, las librerías de viejo reinaban en
Avenida de Mayo. Esa era su parte de la ciudad.
Las librerías de viejo eran la ocasión de encontrar
libros usados y saldos, los libros que ya no se editarán.
Esa era la divisoria de aguas. Alguien ve uno de esos
libros y sigue de largo, se explica a sí mismo, y a quien quiera escucharlo
-
Es viejo. Está usado.
Otro va a las librerías de viejo, a encontrar -está bien
dicho, quien ama a los libros, no va a buscar, no se detendrá hasta que no
consiga lo que busca- su libro, cuando lo encuentra, está contento, usado o
saldo, se regocija,
-
¡Este libro tiene historia!
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